Valentino, un teatro político de la intimidad

Valentino hizo desfilar su alta costura en baños públicos en uno de los escenarios más provocativos de la temporada, especialmente para una casa de moda tan clásica, que puso patas arriba las nociones tradicionales de lujo.

Sin embargo, en un momento en el que los baños siguen siendo un punto de conflicto cultural y político en los debates sobre la identidad de género, el acceso y la autopresentación, el entorno del desfile, que el diseñador describió como «orgullosamente político», también parecía un desafío deliberado.

El escenario fue una recreación meticulosa, hasta los azulejos, los dispensadores de jabón, los espejos y las interminables filas de puestos, todo bañado por una luz roja inquietante y casi sórdida, reportó Thomas Adamson para AP, desde la Semana de la Moda de París.

Valentino en Paris Fashion Week 2025
Valentino en Paris Fashion Week 2025

En parte inspirado por el director de cine David Lynch, el espacio marcó el tono de la nueva y audaz visión de Alessandro Michele. Con experiencia en diseño de vestuario, Michele infunde sus colecciones con inspiraciones del teatro y el cine, creando narrativas tanto como prendas.

Fue uno de los desfiles más destacados en París esta temporada, atrayendo a una primera fila tan ecléctica como la propia colección. Chappell Roan, Parker Posey, Jared Leto y Barry Keoghan estaban sentados en medio del resplandor carmesí; su presencia se sumaba a la energía surrealista del día.

Lo público, lo privado y lo político

Michele suele elegir lugares con un profundo significado histórico o cultural (como palacios), por lo que este baño público fue una subversión inteligente, incluso de su propio estilo característico. ¿El resultado? Un desfile que exploró los límites entre lo público y lo privado, la intimidad y la exposición, y las líneas cada vez más difusas de la identidad en la moda contemporánea.

Los modelos salieron de los cubículos del baño, algunos deteniéndose para inspeccionar sus rostros en los espejos, difuminando la línea entre lo personal y lo performativo. Las prendas eran pura teatralidad: gorras, capuchas y gafas de sol oscuras que ocultaban el rostro, mientras que las blusas transparentes de color nude dejaban al descubierto los pechos y la intimidad del cuerpo, un contraste directo entre cubrir y revelar.

Los diseños de Michele se caracterizan por una mezcla caleidoscópica de épocas y culturas, que combina elementos de diferentes períodos históricos para crear una estética única. Se considera un “arqueólogo del arte” que explora cómo han evolucionado los adornos y la ornamentación a lo largo de los siglos.

Un ejemplo sorprendente: lencería intrincadamente bordada con un busto de seda opulento y un cuello victoriano rígido, con la solapa de la entrepierna abierta provocativamente, como si la modelo tuviera que correr al baño. Los motivos barrocos y los volantes del siglo XVIII contrastaban con los vaqueros de denim descoloridos y de gran tamaño, mientras que su característica mezcla maximalista de estampado de leopardo, piel sintética y tweed creaba una tensión, como la tienda de segunda mano más opulenta que se pueda imaginar.

Había tantos estilos que desafiaban la descripción. Y ese era el objetivo. Los looks sobrecargados eran intencionales, una visión singular del exceso que define la estética de Michele y consolida su legado como un diseñador que se niega a conformarse.

Para Michele, el baño público era más que un telón de fondo: era un espacio donde los límites se disuelven, un entorno cargado de significado. Lo describió como un “contralugar” que difumina las distinciones entre lo público y lo privado, la intimidad y la exposición, transformando lo mundano en algo profundamente simbólico.

Pero, como dijo Michele, también era un espacio “orgullosamente político”, diseñado para revolucionar las convenciones y provocar la reflexión. Aunque nunca vinculó explícitamente el entorno con la política de género, el casting lo decía todo: modelos andróginos se situaron junto a sus homólogos masculinos y femeninos, todos moviéndose con fluidez por el espacio, reforzando la idea de que la identidad no es fija y que la moda, como el mundo que refleja, desafía la categorización rígida. En un momento en el que los baños siguen siendo el centro de los debates culturales y políticos sobre la identidad de género, el acceso y la autoexpresión, el escenario del desfile era imposible de ignorar.

Valentino en Paris Fashion Week 2025
Valentino en Paris Fashion Week 2025

Con esto, Michele dejó claro que su visión para Valentino se extiende mucho más allá de la ropa. Se trata de la identidad en movimiento, la interacción entre el ocultamiento y la revelación. Y, sobre todo, la moda como escenario para la narración en su forma más provocativa.

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