La terapia de color es una práctica ancestral que utiliza los colores para mejorar el bienestar, el estado de ánimo y la creatividad. Cada color posee una vibración y energía únicas que generan diferentes reacciones en las personas y, aplicados a la rutina y la iluminación, tienen la posibilidad de brindar varios beneficios. Entre ellos, la mejora del estado de ánimo, la estimulación de la creatividad, y la generación de espacios y ambientes más acogedores.
Hoy en día, gracias a la tecnología LED, se puede incorporar esta terapia a la vida cotidiana de forma fácil y accesible. Es posible mejorar el estado de ánimo mientras se crea un espacio acogedor al utilizar luces LED de diversos colores.
De esta forma se puede crear un ambiente tan dinámico que provoque distintas sensaciones como alegría, relajación o energía así también da lugar a la creatividad y a la generación de nuevas ideas.
Por ejemplo, la utilización del color amarillo o naranja estimulan la alegría y energía; los colores verde y azul provocan un estado de relajación, concentración y armonía, mientras que los tonos rojizos aumentan la motivación y vitalidad en las personas.
A partir de ello, Signify, empresa líder en iluminación, brinda algunas recomendaciones de cómo usar estas técnicas de manera sencilla, y pone a disposición la amplia gama de colores de su tecnología WiZ Connected, que cuenta con una propuesta de luces LED con una gama de más de 16 millones de colores que se pueden controlar con un teléfono inteligente o una tableta.
Los usuarios pueden personalizar la configuración de la iluminación para crear ambientes ideales para cada actividad. Asimismo, los productos de WiZ se adaptan tanto al ritmo circadiano como a las distintas rutinas del día de cada consumidor. Es así que se puede utilizar el asistente de voz para atenuar o apagar la luz a distancia cuando se requiera, y, sobre todo, representa un gran ahorro en el consumo energético, al ser amigable con el planeta.
Es posible descubrir el poder de la iluminación con el objetivo de transformar espacios y, en
consecuencia, el estado de ánimo de las personas que los habitan experimentando la magia de los
colores.